Esquiritas

Eran un pueblo perteneciente al estado lacedemonio, de estatus comparable al de los periecos. Estaban establecidos en Esquirítida, región montañosa y salvaje situada al norte de Laconia, en la frontera con Arcadia, entre el Oenos y el Eurotas. Su modo de vida era esencialmente rural: su hábitat estaba enclavado en pueblos, los principales eran Oion y Caryai. Su territorio era inhóspito, pero estratégicamente importante para Esparta, ya que dominaba la ruta que llevaba hacia Tegea, lo que explica que cayera rápidamente bajo Esparta. Su estatus era semejante al de los periecos. En época de guerra, los esquiritas formaban un cuerpo de élite de infantería ligera, un loche (batallón), una parte de los 600 hombres, que servía de complemento del ejército ciudadano. Combatían en la extrema izquierda de la línea de batalla, que era el puesto más amenazado de la falange hoplítica: «de todas las épocas son los únicos de los lacedemonios en tener el privilegio de combatir separadamente y en este sitio». Por la noche, eran puestos de centinelas delante del ejército y hacen de exploradores para abrir camino al rey, al que son los únicos en preceder.   

Hipomeiones: Los Inferiores

Eran en la antigua Esparta, los espartiatas privados de derechos; debido a que no habían sido capaces de aportar a las comidas en común (sisitias) los alimentos en las cantidades estipuladas, posiblemente por haber perdido la posesión del klêros. Pero muy posiblemente la condición de inferior haya de ser ampliada a todo espartiata que fuera castigado con la pena de atimia, la pérdida de la ciudadanía plena, fuera por no haber superado la agogé, no haber sido aceptado en ninguna mesa común o por haber quebrantado la díaita o código de conducta de Licurgo. La primera vez que se documenta el estatuto de hipomeion es durante la revuelta acaudillada por Cinadón en 399 o 398 a. C., quien precisamente era uno de ellos, uno que cometió la imprudencia de no considerarse inferior a nadie en Lacedemonia. El aumento de hipomeiones durante el siglo IV a. C. está directamente relacionado con los desequilibrios económicos que conllevaba la administración del imperio espartano, el cual fomentó el enriquecimiento de determinados individuos que accedían a los mecanismos de poder y que después invertían esos beneficios en la compra de tierra a espartiatas empobrecidos. Que este proceso se prolongó y acentuó con el paso del tiempo queda reflejado en la alusión de Plutarco. 

Neodamodes: Hilotas Liberados

Eran los hilotas liberados tras su servicio como hoplitas en el ejército lacedemonio provocado por la escasez de soldados ciudadanos. Probablemente, no se les requería para el servicio activo, sino que eran situados en sitios estratégicos a lo largo de las fronteras. Eran liberados tan pronto como se convertían en hoplitas. Entonces se les daba el nombre de neodamodes porque, de hecho, tomaban el lugar de los ciudadanos espartanos. Su existencia está atestiguada de 420 a 369 a. C. Fueron parte integrante del ejército cívico y 2.000 de ellos participaron, por ejemplo, en la campaña de Agesilao II en Jonia, de 396 a 394 a. C. Durante todo el tiempo de hegemonía espartana su número no deja de crecer y en la batalla de Nemea constituyen ya el 31 % de las tropas lacedemonias. Hasta 3.000 participaron en las operaciones espartanas en Asia en el primer lustro del siglo IV a. C. Su número se multiplicó a comienzos del siglo IV a. C. a varios miles y superó al de espartanos. Luego retrocedió rápidamente paralelo al colapso del dominio espartano en los campos de batalla fuera del Peloponeso. Cuando terminó la hegemonía espartana en Grecia y los neodamodes perdieron su razón de ser, posiblemente muchos de ellos permanecieron en territorio mesenio y se convirtieron en ciudadanos de las ciudades mesenias.  

Mothakes: Hijos bastardos

Hijos bastardos de padres espartanos y madres hilotas o periecos. Aunque libres, no eran ciudadanos espartanos, pero accedían a la agogé con los demás niños donde podían alcanzar la ciudadanía. Eran adoptados por otros ciudadanos que asumían el coste de su educación.

Tresantes: Los Temblorosos

A los espartiatas que habían sido culpados de atimia, y en consecuencia privados de la ciudadanía plena y de la condición de homoioi, a causa de haber mostrado cobardía (kakoí) o desobediencia militar. Estos individuos no habían exhibido la andreia, el valor que caracterizaba al espartiata, quien, como afirma el rey Agis II: "no pregunta cuántos son los enemigos, sino dónde están". La cobardía no sólo implicaba retroceder ante el enemigo, sino el mero hecho de sobrevivir a una derrota, una vergüenza que no era tolerada. Los tresantes eran excluidos de las sissytias, del gimnasio y de los equipos del juego de pelota. Se les relegaba a los últimos puestos en las danzas rituales. En la calle, debían debían ceder el paso y pasear con aire triste, ya que sus condiudadanos podían golpearlos; debían llevar ropa sucia y remendadas y afeitarse sólo una parte de la barba. Debían levantarse ante sus menores. Nadie les dirigía la palabra, nadie les daba fuego. Su hijas se quedaban solteras y a su cargo. Si estaban solteros, no podían casarse, y se les aplicaba la multa de los solteros. Eran excluidos de las magistraturas y no podían hacer transacciones legales. Sin embargo, podían acceder a los lugares públicos, contrariamente a los hilotas, que sufrían una exclusión total. Además, podían redimirse en la guerra. 

Trófimos: Los Pupilos

Son niños no espartiatas - periecos o extranjeros - que sufren la educación espartana. Los trófimos son adoptados temporalmente por un oikos espartiata. Los trófimos hijos de periecos, representan como los neodamodes, una clase intermedia en Esparta. Pueden acceder al estatus de ciudadano. Los trophimoi extranjeros vuelven a partir generalmente a su país de origen donde aumentan la influencia de Esparta. Así, con la invitación de Agesilao II, Jenofonte hizo educar a sus hijos en Esparta. Sin embargo, algunos trophimoi elegían quedarse en Esparta, para combatir en el ejército.