Otros Espartanos II
(orden alfabético)
Aparecen en rojo los que ya han sido elegidos.
Alcibíades: fue un prominente estadista, orador y general ateniense, miembro de una familia aristocrática, que tuvo un papel destacado en la segunda fase de la guerra del Peloponeso como consejero estratégico, comandante y político. Durante el transcurso de la guerra del Peloponeso, Alcibíades cambió su lealtad en varias ocasiones. En su Atenas nativa, a principios de la década del 410 a. C., defendió una política exterior agresiva y fue un destacado defensor de la expedición a Sicilia, pero huyó a Esparta cuando sus enemigos políticos presentaron cargos de sacrilegio contra él. En Esparta sirvió como consejero estratégico, proponiendo o supervisando importantes campañas contra Atenas. En Esparta, sin embargo, a Alcibíades también le salieron poderosos enemigos y se vio obligado a desertar a Persia. Allí fue consejero del sátrapa Tisafernes hasta que sus aliados políticos atenienses lograron su restitución. Fue general (estratego) durante varios años más, pero sus enemigos consiguieron exiliarle por segunda vez.
Brásidas: fue un brillante general espartano, durante la primera década de la Guerra del Peloponeso. Era hijo de Télide y Argileonis, y ganó sus primeros laureles por su ayuda a Metone, que fue asediada por los atenienses (431 a. C.). Vivaz, elocuente, inteligente y encantador, tanto como valiente. En el primer año de la Guerra del Peloponeso había rechazado una incursión en Mesenia y luego había combatido reciamente en Esfacteria, donde, sin embargo, una herida le puso fuera de acción. Durante los siguientes años parece que fue éforo epónimo,[1] y en el 429 a. C., fue enviado como uno de los tres comisionados (o'bu/3ovXoi) para asesorar al almirante Cnemo. Como trierarca, se distinguió en el asalto a la posición ateniense en la Batalla de Pilos (425 a. C.), durante la cual fue gravemente herido.[2] Durante el siguiente año, mientras Brásidas reunía un ejército en Corinto, para una campaña en Tracia, Megara En 424 a. C. asumió la conducción de la guerra. Marchó sobre el istmo de Corinto, frustró un ataque de los atenienses contra Megara y los inmovilizó allí.[3] Inmediatamente después se lanzó rápidamente hacia el Norte, a través de Tesalia a la cabeza de 700 hilotas y 1.000 mercenarios peloponesios y Macedonia, hasta la Calcídica (muy valiosa para los atenienses), para unirse al rey macedonio, Pérdicas.
Calicrátidas: fue un comandante naval espartano durante la guerra del Peloponeso. En 406 a. C., fue enviado al Egeo para tomar el mando de la flota espartana de Lisandro, el primer navarca. El período de tiempo de Calicrátidas como navarca fue breve, y tropezó con varios dificultades. Principalmente, las intrigas de su predecesor, quien aparentemente había devuelto el dinero con el que la flota debía ser pagada por el príncipe persa Ciro. Calicrátidas necesitaba el dinero de Ciro para pagar a sus hombres, pero, como un espartano tradicionalista, era reacio a pedirlo a un persa. Sus intentos poco entusiastas de conseguir la financiación de Ciro no se concretaron, y fue forzado a encontrar una fuente alternativa de fondos, que la ciudad de Mileto al final proveyó. Después de ganar una victoria inicial contra el almirante ateniense Conón, Calicrátidas se enfrentó con una considerable flota ateniense enviada para auxiliar a Conón. Se enfrentó a esta flota en la batalla de Arginusas en 406 a. C. Su fuerza fue completamente derrotada, y Calicrátidas murió. Tras su muerte, Lisandro, regresó de Esparta para ocupar el puesto de navarca otra vez. Calicrátidas es recordado como un espartano de la vieja escuela. Desdeñó la política de alianza con Persia que había sido aprobada bajo Lisandro, y declaró que si la elección hubiera sido suya, habría buscado la paz con Atenas. El papel creciente del dinero en la política y la diplomacia espartanas, ofendía su tradicionalista, antimaterialista sensibilidad. Aunque fracasó en su mando, ganó el respeto de muchos espartanos y aliados, y fue muy bien considerado después de su muerte.
Decton: Medio hilota, engendrado ilegítimamente, según decía el rumor, por un Homoioi, quien parecía ser Idotíquides.
Dercilidas: fue un general espartano de principios del siglo IV a. C. Por su astucia e inventiva, fue apodado Sísifo. En 411 a. C. fue harmosta de Abidos. Dercílidas remplazó a Tibrón y dirigió, de 399 a 397 a. C., una expedición en Asia Menor para defender contra el Gran Rey persa las colonias griegas de esta comarca, derrotó a los persas en varios encuentros, tuvo éxito sobre ellos en un solo día 3 veces, tomando Arisba, Hamaxito y Colonas en la Tróade. Saqueó Bitinia y Eolia. Hizo firmar a Tisafernes un tratado que garantizaba la paz de las colonias y levantó un muro entre Tracia y el Quersoneso. Después de aliarse con Tisafernes y Midias, Dercílidas atacó a Farnabazo. En 394 a. C., el rey Agesilao II envió a Dercílidas de Anfípolis al Helesponto. En 396 a. C., Dercílidas fue reemplazado por el propio rey Agesilao.
Euribíades: fue un general espartano del siglo V a. C., al mando de la armada griega durante las guerras médicas. Fue navarca de la Liga del Peloponeso y jefe de la flota de la coalición griega contra Persia. Llegó a mandar 378 naves. Era hijo de Euricleides, y fue elegido comandante en 480 a. C. porque las otras ciudades-estado griegas no querían servir bajo los atenienses, a pesar de la superior destreza de éstos. Fue, sin embargo, ayudado por el estratego ateniense Temístocles, que dirigió la mayoría de los combates. Su primera acción como comandante fue dirigir la flota a Eubea para encontrarse con la flota persa. Cuando llegaron los griegos descubrieron que los persas ya estaban ahí, y Euríbiades ordenó la retirada, aunque los eubeos le pidieron que se quedara. En vez de eso, sobornaron a Temístocles para retener la flota allí, y Temístocles usó parte del soborno para pagar a Euribíades (al menos, según Heródoto, que estaba predispuesto en contra de Temístocles). La posterior Batalla de Artemisio no fue decisiva, y los griegos retiraron su flota hacia la isla de Salamina. Dirigió, con Temístocles, la flota griega en la batalla de Salamina. Asustado al ver la importancia numérica de la flota de Jerjes I y pensó en batirse en retirada, y también para proteger su patria de origen, el Peloponeso. Se sabe que tuvo entonces un violento choque verbal con Temístocles quien deseaba librar la batalla y que la opinión de éste acabó por arrastrar a los jefes de la flota. Euribíades se enfadó hasta el punto de levantar el bastón sobre el general ateniense: «Golpea, le dijo Temístocles, pero escucha.» Euribíades libró entonces la batalla (septiembre de 480 a. C.) ganando la batalla naval más célebre de la Antigüedad. De acuerdo con Temístocles, disuadió a los griegos, después de su victoria, de cortar la retirada a las tropas de Jerjes, destruyendo el puente que este príncipe había tendido sobre el Helesponto y que Jerjes se quedara en Grecia donde reanudaría la guerra. De vuelta en Esparta, Euribíades fue recompensado con una corona de olivo por su éxito en Salamina; Temístocles recibió una recompensa similar.
Escamándridas: Hijo de Xeones
Fébidas: Espartiata que se apodera por traición de la ciudadela de Tebas. Lacedemonia se indigna y le castiga, pero se apodera de la ciudadela.
Hermión: Hilota. Con catorce años, era fuerte como cualquiera de su categoría de edad o de la superior, pero la deshidratación combinada con el agotamiento pudo con él. Se desplomó casi al final de la segunda guardia y cayó en un estado de sopor convulsivo que los espartanos llaman nekrophaneia, la «Pequeña Muerte», de la que un hombre puede recuperarse si se le deja en paz pero que no superará si intenta levantarse o hacer algún ejercicio. Montaña conocía su estado pero se negó a quedarse en el suelo mientras sus compañeros proseguían su entrenamiento.
Idotíquides: Espartiata muerto en la batalla de Mantinea. Se decía que era el padre de Decton.
Gilipo: fue un general espartano del siglo V a. C. . Era el hijo de Cleándridas, quien había sido expulsado de Esparta por aceptar sobornos de Atenas en 446 a. C. y se había establecido en Turios. Su madre fue quizás una hilota. Cuando Alcibíades urgió a los espartanos a enviar un general para dirigir la resistencia siracusana contra la expedición ateniense, Gilipo fue nombrado (414 a. C.), y su llegada dio un giro a la contienda. Más audaz que Nicias, el comandante ateniense al que se enfrentaba, fue capaz de conseguir mover a los atenienses de las ubicaciones estratégicas y romper el sitio. Cuando Atenas envió a Demóstenes con refuerzos , también fue derrotado por Gilipo, quien provocó el fracaso de la campaña ateniense en Siracusa. Diodoro, siguiendo probablemente a Timeo, lo representa como induciendo a los siracusanos a dictar la sentencia de la muerte sobre los generales atenienses cautivos, pero también hay la declaración de Filisto (Plutarco, Nicias, 28), un siracusano que tomó parte él mismo en la defensa, y Tucídides (vii. 86), que trató de, aunque sin éxito, salvar sus vidas, deseando llevarlos a Esparta como una prueba de su éxito. Gilipo, como su padre, cayó en un escándalo financiero; confiando en Lisandro una inmensa suma que tenía que entregar a los éforos en Esparta, no pudo resistir la tentación de enriquecerse y, descubriendo, yendo al exilio, que había sido condenado a muerte en su ausencia.
Klinias: Hijo de Alcibíades. Proxenoi ateniense.
Mesenio: Hijo de Decton y Harmonia.
Lisandro: era el comandante de la flota espartana que venció a los atenienses en Egospótamos en 405 a. C. El siguiente año, tomó Atenas él solo, conduciendo la Guerra del Peloponeso a su fin.
Temístocles: Capitán espartano. Dirigió las tropas espartanas en la batalla naval de Artemision.
Teriandro: Un muchacho espartano muerto a palos por sus instructores. Se llamaba Teriandro, tenía catorce años; le llamaban Trípode porque nadie de su edad era capaz de derribarle cuando peleaban. En los años siguientes vi sucumbir a otras dos docenas de chicos durante esas durísimas pruebas, todos como Trípode, sin lanzar un solo gemido de dolor, pero él, ese chico, fue el primero.
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